Hoy, simplemente, quiero irme con lanza en ristre en contra del columnista del espectador Cesar Rodríguez. En realidad no conozco mucho sobre él, pero me basta con su desfachatada ignorancia para no querer saber cosa alguna. No puedo creer qué tiene una persona en su cultura política para expresar semejante proposición. El piensa que un el fenómeno Mockus es comparable con el fenómeno Obama. Mire, en primer lugar, coja oficio, porque parece que es bastante adulador y maniqueista, y que gusta de la moda y de los espectáculos superficiales de la decadente sociedad criolla. Digo esto, porque no puede creer que estos dos fenómenos tengan algo en común. Según el autor este, ambos son "outsiders". Si tuviera al menos un poco de profesionalismo y no sólo el esnobismo cosmopolítica prestado, citaría su fuente. Yo, por ejemplo, no encontré ninguna mención sobre Obama en el New York Times como un outsider. Tal vez es la liviandad y la desfachatez característica del pensamiento político colombiano la que aplica en esa columna. Además, cómo puede ser un outsider un político demócrata que siempre estuvo en la maquinaria, a no ser que su raza sea el único elemento que lo haga un extraño. Pero vuelvo y repito que eso se cae por su peso, pues en los Estados Unidos los afroamericanos son marginados, pero tiene la posibilidad de estudiar en las mejores universidades y formar parte de los partidos políticos tradicionales. Así que no entiendo cuál es el motivo de llamar en su pensamiento formal a una semejanza sin pies ni cabeza como ésta. Yo no podría decirle que le falta ceso, porque eso sería otra cosa. Lo que me impresiona es que no se de cuenta que Obama pudo, después de varios gobiernos republicanos, llevar a los demócratas al poder. Por otro lado, como va a ser un "outsider" un senador de los Estados Unidos por el Estado de Illinois. Esto tampoco me queda claro. En fin, el hecho de ser un outsider por su color de piel, creo que es más un pensamiento racista que otra cosa. Es decir, que los votantes eligen al "outsider" y no al orador fervoroso y clarividente, al líder juvenil, al abogado, al cariñoso esposo, al dedicado padre, al incomprendido adolescente etc... Es una verdadera vergüenza lo que se produce en el país de Macondo.
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