En primer lugar quiero hablar de la interesante disposición que desplegaron los candidatos en el debate. El orden de las encuestas los colocó en tres niveles. En el primero, Santos y Mockus; en el segundo, Lleras y Noemí, y, en el tercero, Petro y Pardo. Sin embargo, el orden histórico los dividió en conservadores y liberales. Esto es algo que debe, desde luego, matizarse. El liberalismo de Santos y Lleras no es el mismo de Pardo. Asimismo, el conservatismo de Noemí y Mockus no es comparable con el de Petro. Al final, tenemos dos partidos o posturas políticas claras entre los seis candidatos, la liberal y la conservadora.
Empecemos por la conservadora. En la historia, el individualismo cívico es una completa aberración, que sólo puede darse en un país como este. Mockus es un político que cree en la personalidad carismática y librepensadora de los académicos, en los resultados del esfuerzo personal adecuadamente dirigido y en el amor a sí mismo como negación de la cruda realidad. Además, profesa, el profesor Mockus una inclinación particular por las normas cívicas por encima de cualquier corporación, aunque él reconoce que la iglesia debe proteger las finanzas públicas del demonio, dado que son el principio de la corrupción. Es decir, que de ese individualismo radical como concepción del individuo, Mockus pasa a una interpretación de los problemas sociales, remontándose al civismo católico que nos caracteriza. Eso, precisamente, lo hace conservador por fuera, pero liberal por dentro. Con relación a Noemí, no se tiene que mencionar prueba alguna, excepto que su región y su familia son parte integrante del partido conservador, que hace un uso inadecuado de la figura femenina en la política para mostrarse liberal por dentro. Por último, está Petro. Es una figura draconiana, con cierta inclinación por los ideales de la revolución francesa. Sin embargo, su vínculación con la única tercera fuerza política colombiana que ha sobrevivido hasta hoy es la evidencia de su conservatismo. A esto debo añadir, particularmente, que la Anapo, para mi, es una tercera fuerza conservadora por la naturaleza misma de nuestra historia política, aunque actualmente atraviesa un saludable tránsito hacia el ideario democrático-radical.
Pasemos ahora, a los liberales por fuera, pero azules por dentro. De Pardo, nada que decir. El niño consentido del liberalismo con su larga tradición política en la maquinaria electoral y el gobierno. Lleras y Santos son los hijos de la "rebelión" contra la tradición liberal. Ambos descienden de políticos liberales reconocidos de centro-derecha. Sin embargo, le deben ambos, a Uribe, la derrota de la tradición bipartidista (pero no sólo esto, por lo demás) con su particular caudillismo regionalista.
Por último, quiero hacer el podio del interesante debate de anoche. En primer lugar, está Santos. El motivo de esta elección no necesita de argumentos, dado que en el fondo la razón me asiste. En segundo lugar, queda Vargas Lleras, ya que él pudo salvaguardar y reflejar el valor del honor que caracterizó la herencia política colonial criolla. En tercer lugar, Petro, por su personificación de Robespierre. En el último, quedaría Pardo, Noemí y Mockus. Este último, porque mostró temor cuando lo elevaron a las alturas de las decisiones presidenciales, así como también un cierta inclinación por el sarcasmo que nubla la visión a largo plazo necesaria para el cargo al que aspira. Por último, Noemí y Pardo confudieron debate con comedia y farsa, respectivamente.
Nyctalus lasiopterus
Hace 3 horas
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